La emblemática imagen de Nacho, Modric, Kroos y Carvajal levantando la copa sobre Cibeles marcó el clímax de la fiesta organizada por el Real Madrid. Esta vez, el aroma a Champions League impregnó el ambiente, con continuas referencias a la Decimoquinta que disputarán el próximo 1 de junio, y la histórica afluencia de aficionados en la celebración.
Medio millón de personas inundaron las calles de Madrid para homenajear a un equipo legendario, liderado por Florentino Pérez y Carlo Ancelotti, quien demostró su destreza tanto en el terreno de juego como en la celebración. Ancelotti sacó su alma de DJ para brindar momentos entrañables, desde entonar el himno de la Décima hasta bailar con Camavinga y el resto de la plantilla. Un hito que consolida a Carletto como el entrenador más laureado de la historia.
La fiesta arrancó de forma inusual, con la entrega de la copa casi de manera clandestina a las 10:00 horas. Sin embargo, lo que siguió fue un espectacular festín lleno de detalles, marcado por un ambiente efervescente. La clasificación para la final de la Champions añadió un toque de perfección a la celebración.
Joselu, un actor secundario durante la temporada, fue aclamado por la afición, siendo objeto de súplicas para que se quede en el equipo. Pero fueron Modric, Kroos y Nacho quienes acapararon más atención y cariño. Aunque ninguno mencionó su futuro, la fiesta tuvo un deje de despedida para ellos.
La emoción embargó a Nacho al levantar el trofeo sobre Cibeles, casi en lágrimas. El capitán, ejemplo de la cantera, culminó su carrera perfecta con el club haciendo una confidencia a la Diosa. Bellingham y Kroos prometieron la Decimoquinta desde lo alto del balcón, en un momento inolvidable.
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AP/Reporte Relámpago
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