Una nueva etapa en las relaciones comerciales entre China y Venezuela se consolida con la apertura de una ruta marítima directa entre ambos países, la cual ha sido calificada como “un avance logístico sin precedentes” por expertos en relaciones internacionales.
El corredor marítimo, que conecta el puerto chino de Tianjin con terminales venezolanas, tiene como objetivo reducir drásticamente los tiempos de navegación, acortando hasta en 65 días el tránsito de mercancías desde Asia hacia América del Sur. Esta iniciativa no solo representa una mejora operativa en el transporte internacional, sino que también se perfila como un movimiento estratégico dentro del tablero geopolítico regional.
Elizabeth Pereira, analista en relaciones internacionales, destacó que el intercambio comercial entre Caracas y Pekín ha mostrado un crecimiento sostenido en los últimos años. Según explicó, esta nueva conexión marítima permitirá dinamizar aún más ese flujo, al tiempo que impulsará la modernización de la infraestructura portuaria venezolana.
“Esto implica una transformación profunda en nuestros puertos, desde la inversión en sistemas de transporte multimodal hasta la generación de nuevos empleos en sectores clave como el portuario y el aduanal”, afirmó Pereira.
Además del impacto económico, la especialista subrayó el trasfondo geopolítico de esta alianza. A su juicio, el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe responde a un intento por contener la creciente influencia de potencias como China en la región. No obstante, considera que tales esfuerzos difícilmente lograrán frenar el avance asiático.
“China está superando progresivamente a Estados Unidos y a las potencias occidentales en áreas clave como la tecnología, la inversión y el financiamiento para el desarrollo”, concluyó.
JA / Reporte Relámpago
Fotografía: Agencias

